¿Qué es la meditación?

Meditación es la práctica que lleva a un estado mental de quietud y plena reflexión. “Mederi” significa curar. La meditación cura las aflicciones de la mente como el ego herido, tratando de entender la causa del problema y buscar una solución. Meditar es profundizar en un estado de comprensión.
Mientras se medita se busca fijar la mente en un ideal espiritual, siendo uno con ese ideal y disolver el proceso pensante en consciencia de ello. De acuerdo al zen, la meditación no comprende ningún pensamiento, sino que lleva a contemplar un silencio interior.
Los 3 pasos de la meditación
Pratyahora: Abstraer la mente de ser estimulada por objetos, los sentidos o la memoria.
Dharana: Concentración máxima.
Dhyana: Contemplación generada por el sentimiento de unión con el ideal espiritual.
Cómo meditar según diferentes doctrinas y religiones
Bhakti Yoga: El ejercicio de meditación se realiza sobre la visualización de una deidad elegida a la par de la repetición mental de un mantra.
Vedanta: Contemplar el significado de algunos versos seleccionados de los Upanishads o textos similares.
Catolicismo: Repetir el rosario acompañado de oraciones y mantras como el “Padre Nuestro” o el “Ave María” o sentarse cerca de Jesús después de haber recibido la comunión yendo a un lugar tranquilo. San Alberto El Grande, maestro de Santo Tomás de Aquino, descubrió que la meditación para los filósofos es el proceso por el cual se perfecciona el pensamiento, y para los devotos, su amor a Dios. Las oraciones dichas en silencio con dedicación hacia Dios también podrían llamarse meditación, porque suponen volver la mente hacia adentro en dirección a su fuente espiritual y finalmente esta lleva a la paz.
Hindú: La repetición de un mantra con un sentimiento de unidad espiritual, con o sin un rosario, es meditación.
Budismo: Consiste en la repetición de mantras como budhan, sheramar, gacchani, sanghan sharanam gacchari.
Tibetanos: Basan su meditación en el mantra Om Nami pada Me hum (yo soy Om, la Yoga en el loto del corazón).
Musulmanes: Para ellos la meditación se llama Zikr o repeticiones de nombres selectos de Dios del Korán, generalmente con el rosario. Sentir su aliento, una de las técnicas en prathyahara, es un ejercicio de meditación Zen deriva de Dhyana o meditación, como también contando de uno a veinte o más.
Metas básicas de la meditación

Renovación espiritual: Es un sentido de unidad con la fuente más elevada de la vida, que puede estar inspirada en el espíritu infinito, eterno, trascendental, inmerso en el todo, un ser divino, Dios o suprema verdad de la cual fluye la paz, la sabiduría y la fortaleza.
El propósito de una profunda introversión: En un estado de paz alcanzar la búsqueda de la vida, separando la realidad de la ilusión, descartando ideas ilusorias sobre la realidad misma, adquiriendo una clara comprensión de la realidad más que confundirla con un estado nebuloso del pensamiento. La paz se consigue con devoción mediante una dedicación sincera, la segunda requiere una larga práctica para adquirir una madurez filosófica.
Primera meta: La paz mental

La paz mental ayuda al entendimiento de los problemas a los cuales nos enfrentamos. La expansión de la consciencia nos ayuda a liberarnos de los apegos psicológicos a los que estamos sometidos y liberarnos de las reacciones mezquinas al desprendernos de un ego inseguro y resentido por la vanidad.
Un sentido de elevación y de unión espiritual ayuda a sublimar las pasiones burdas y adquirir madurez emocional. La identidad de uno mismo con la esencia de nuestro ser fortalece la voluntad de actuar de acuerdo a lo que debe y no hacerse después de haber tomado decisiones apropiadas.
Segunda meta: Claridad mental

La claridad mental ayuda a cultivar un sentido del bien y el mal, que es un propósito básico de la educación y prueba infactible de toda cultura. La raíz griega “charassrin” (carácter) significa “grabar” y su equivalente en sanscrito quiere decir “cultivar”. El objetivo de la meditación es grabar y cultivar los ideales amados, practicando en un estado de paz y claridad mental, instalando el amor a la verdad, a lo que uno desea ser por la siembra de las semillas de la sugestión, mediante un sentir intenso, devoción y dedicación, libre de todo resentimiento.